Arroyo Molino
El abuelo llegaba cada tarde
con las vacas
y una tristeza baja
que venía rumiando solo.
como un viejo amigo. Sólo a él le contaba
la sequía
la bronca que contenía en el pueblo
y ese llanto duro
que el agua dejaba reposar
en el borde incierto
donde la orilla ya no alcanza. Volver a Poesía